viernes, 6 de enero de 2012

Julio Castro y CMM - I

CMM buscó a su amigo Julio Castro desde el primer día de su desaparición, denunció el hecho y dejó el caso en su literatura, tal vez como la forma más elevada de mantener su recuerdo


"Voy a atenerme a los datos comprobados y 
averiguados en torno a la desaparición de Julio Castro"


“Había que responder que allí no estaba, que nunca había estado entre ellos, que nunca nadie le había hecho hundir la cabeza en el bidón de los fusileros de la marina; había que contestar así y disponer que la camioneta Indio pasase a disolverse en el aire”, que había viajado en Pluna y hasta que era muy pintún y se había ido con otra mujer. Treinta y cuatro años después aparecieron un zapato y un cráneo con orificio de bala enterrados en un batallón de infantería y del modo más bárbaro pusieron fin a la incertidumbre acerca del destino Julio Castro, desaparecido el 1º de agosto de 1977.
Aquella mañana de un Uruguay sombrío, Castro tenía previsto asistir a un entierro en el cementerio del Buceo pero no llegó.
Aquella noche Julio Castro y su esposa Zaira habían invitado a cenar a Carlos Martínez Moreno (CMM) y a su esposa Carmen García. El lunes se complicó y en la tarde Carmen llamó a Zaira para posponer el encuentro.
“Julio desapareció esta mañana”, dijo Zaira a Carmen y al rato Carlos y Carmen estaban en casa de los Castro.
Desde el mismo día de la desaparición de Julio Castro y junto con otros amigos, CMM trabajó incansablemente por recuperar a su compañero de tantos años en el semanario Marcha, al amigo al que regañaba por exponerse cada vez que iba por su estudio a ponerse al tanto de  la situación de Líber Seregni, preso por la dictadura. “No vengas más por el estudio que el lugar está quemado”, le decía CMM que tenía a su cargo la defensa de Seregni.
El recuerdo de su amigo y compañero en el semanario Marcha, impulsó a CMM a buscarlo, a denunciar su desaparición dentro y fuera del país y a crear literatura, tal vez como la más elevada forma de mantener su memoria.

Se trnscriben a continuación, algunos textos con la intención de mantener la memoria de la valentía y el compromiso que en medio de la oscuridad de la dictadura, CMM mantuvo con su amigo, con la resistencia a aquella barbarie, con los derechos humanos, con la independencia de criterio y la libertad del creador.

Compartimos dos cartas de CMM a Carlos Quijano que son un reporte de la desaparición de Julio Castro y de lo que se hizo de inmediato para conocer su paradero, textos que entrelíneas describen muy bien el clima que vivía Uruguay en la segunda mitad de 1977.
http://cccmartinezmoreno.blogspot.com/2012/01/julio-castro-y-cmm-ii.html
http://cccmartinezmoreno.blogspot.com/2012/01/julio-castro-y-cmm-iii_06.html


Una vez exiliado en España, CMM se encontró con el crítico Ángel Rama, quien dejó constancia en sus diarios de esos encuentros en los que se habló de la desaparición de Castro.


Rama apuntó en sus escritos de 1978 que CMM tenía en mente escribir un libro que estimó que sería un aporte valioso para la preservación de la memoria de la historia reciente y que cuando era presente terrible tuvo tanto para Rama como a CMM como protagonistas de primer orden.
Rama se refería a “El color que el infierno me escondiera”, la última obra literaria de CMM. Se publicó en 1981 y por ella ganó el premio de la revista Proceso y la editorial Nueva Imagen en un concurso sobre "El militarismo en América Latina".
http://cccmartinezmoreno.blogspot.com/2012/01/julio-castro-y-cmm-iv.html

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