miércoles, 23 de octubre de 2013

Critica de "Basura"

TEXTOS PARA TEATRO


El teatro de Carlos Rehermann, 

un deleite para buenos lectores


Estuario Editora acaba de lanzar al mercado "Basura y otros textos para teatro", del periodista, escritor y dramaturgo uruguayo Carlos Rehermann. El material reúne siete textos de interés, con un esclarecedor prólogo de Roger Mirza.
El flamante libro reúne en 344 páginas trabajos de distintas etapas de Rehermann, que en muchos casos fueron escenificados en inquietantes y acertados montajes. En él se reúnen las obras Minotauros, A la guerra en taxi, Prometeo y la jarra de Pandora, Basura, El examen, Recto/verso y Blackjack. Cada una de las obras permite una aproximación distinta al autor, dado que ellas cambian tanto temática como estilísticamente, aportando riqueza al valioso libro, que sale al mercado con un precio estimado de unos $ 270.
"Carlos Rehermann pertenece a la generación emergente de dramaturgos y directores de las dos últimas décadas que rechazan las formas del realismo, el teatro mimético-ilusionista y el desarrollo de una trama en base a la sucesión de diálogos en ambientes reconocibles y cotidianos, el teatro militante o de testimonio, para proponer una estética antinaturalista, que jerarquiza la escena, la presencia corporal del actor y sus relaciones con el espacio, las sensaciones y los estados de ánimo, que explora también el poder alusivo y metafórico de las acciones, los objetos y el lenguaje, aunque se destaca por la importancia del texto, la cuidadosa construcción dramática, la coherencia de la acción, la abundancia de las acotaciones, informaciones, indicaciones escénicas, además de la presencia de numerosos intertextos y alusiones culturales, con una visión irónica sobre nuestra cultura y sus mitos", explica Mirza, quien en el prólogo ubica con precisión el lugar de Rehermann en la literatura teatral y en la escena uruguaya, a la vez que analiza de a una las obras que conforman el volumen.
Efectivamente, el teatro de Rehermann (Montevideo, 1961) se ha destacado en la escena local desde su aparición, ofreciendo en temas y estilos una singularidad inconfundible.
El autor (también arquitecto, egresado en 1992) brindó a las tablas en 1999 Congreso de sexología (realizada por Teatro del Umbral, en Puertoluna), un trabajo que por vía del humor ponía en el tapete un montón de temas poco analizados vinculados con la sexualidad. Le siguió Minotauros(en 2000, también dirigida por Sandra Massera, quien se ha hecho cargo de los montajes de los textos de Rehermann), donde asomaba un perfil mucho más erudito.
A partir de allí, y en lo que va del siglo, el autor ha continuado con una rica obra dramática, que asombra por su erudición y su riqueza humanística. Y es justamente ese aspecto que la hace ideal para ser leída, dado que es un tipo de teatro literario, aunque de gran dinámica escénica. En ese sentido, lejos del stand up y de las piezas de humor ligero, Rehermann cultiva una larga tradición nacional, vinculada al mejor teatro de referencias humanísticas.

El CCCMM en la prensa | Blackjack | El País

Critica de Blackjack de Carlos Reyes (El País)


ANTIGUA SUBESTACIÓN DE LOS TROLEBUSES CONVERTIDA
 "DESDE EL AÑO PASADO EN CONFORTABLE SALA DE TEATRO"

Compartimos la crítica de Carlos Reyes sobre Blackjack publicada en "El País", el lunes 21 de octubre de 2013.

La propuesta está a cargo del grupo Teatro del Umbral, que ya está cursando su 15ª temporada, habiendo cursado durante esos tres lustros por todo un repertorio lleno de inquietudes humanísticas y estéticas. En este nuevo espectáculo, la ficción se ubica en la Costa Azul francesa, hacia mayo de 1910. A Florencio Sánchez le quedan pocos meses de vida, y en una noche de blackjack pierde los tres mil francos que le pagaron por su obra Los muertos. Vive entonces la fantasía de acceder al reconocimiento y al dinero, envueltos en el sueño de haber llegado a Europa, a través de encuentros fantásticos con las grandes estrellas del espectáculo del momento: la fatal diva francesa Sarah Bernhardt, la trágica italiana Eleonora Duse y la bailarina experimental norteamericana Isadora Duncan.
"Florencio era consciente de los cambios que su obra habían impulsado en el Río de la Plata; pero ¿qué quería hacer en Europa? Mi texto explora los motivos de ese viaje, y las conversaciones con los personajes femeninos permiten exponer distintos aspectos de esos motivos. Sarah Bernhardt era una figura internacional, muy concentrada en sí misma, con una propuesta escénica tradicional y una relación ansiosa con la burguesía a la que brindaba el barniz de una cultura clásica de segunda mano", explicó Rehermann a El País.
"Esas tres mujeres probablemente jamás vieron a Florencio, pero en 1910 las tres visitaron varias veces los casinos de la Costa Azul, lo mismo que Florencio. Y las conversaciones, quizá imposible por las diferencias de idioma, sirven en Blackjack para mostrar mejor la personalidad del dramaturgo. Si bien las conversaciones son ficticias, toda la información que surge de ellas es rigurosamente verídica", agrega.
"Otro personaje muy importante de la obra es el cantante argentino Santiago Devic, de quien sabemos muy poco, aparte de que fue quien estuvo junto a Florencio en el momento de su muerte. En Blackjack Santiago es quien permite mostrar a un Florencio más íntimo y confidente".
La puesta en escena, a cargo de Sandra Massera y Fabricio Galbarini, acondiciona el espacio del Centro Cultural Carlos Martínez Moreno de la Plaza de los Olímpicos, convertido en confortable sala de teatro desde el año pasado, y con mínimos indicios escénicos recrea una sala de juego y la terraza frente al mar del casino de Montecarlo donde se desarrolla toda la acción. La música es del compositor León Biriotti.
Dirigida por Sandra Massera y Fabricio Galbarini, actúan Roberto Allidi, María Laura Almirón, Mariella Chiossoni, Fabricio Galbarini y la propia directora. El montaje se está presentando los sábados a las 21 horas y los domingos a las 20 horas en el Centro Cultural Carlos Martínez Moreno, en el subsuelo de la Plaza de los Olímpicos, en Colombes y Verdi, Malvín. Las reservas se pueden hacer al tel. 099 547 322.

http://www.elpais.com.uy/divertite/teatro/aventuras-florencio-sanchez-carlos-rehermann.html

El CCCMM en la prensa | Blackjack | Radio El Espectador 810 AM

Nicolás Batalla (810 AM): Teatro en la plaza 
de los Olímpicos descentraliza la oferta

Compartimos el audio de la crítica a Blackjack que hizo Nicolás Batalla y que se emitió el lunes 21 de octubre en radio El Espectador, AM 810.



El CCCMM en la prensa | Blackjack | El País

Carlos Reyes (El País): la obra de 

Rehermann es "teatro erudito"



Carlos Rehermann se ha caracterizado por aportar a la escena uruguaya un teatro erudito, de muchas referencias humanísticas, en el que los filósofos griegos o los pintores europeos cobran vida para hablar al presente.
Seguramente, conociendo el paño, algo de eso habrá en Blackjack, que desde el sábado 7 estará en escena en el centro cultural en el subsuelo de la Plaza de los Olímpicos. En este caso, el multipremiado escritor uruguayo ubica la ficción en la Costa Azul francesa, hacia mayo de 1910. A Florencio Sánchez le quedan pocos meses de vida, y en un una noche de blackjack pierde los tres mil francos que le pagaron por su obra "Los muertos". 
Es en ese marco que vive la fantasía de acceder al reconocimiento y al dinero, envueltos en el sueño de haber llegado a Europa, a través de encuentros con la gran trágica francesa Sarah Bernhardt, la mítica intérprete italiana Eleonora Duse, y la egregia bailarina norteamericana Isadora Duncan. 
Como ya es habitual, Rehermann ha puesto el texto en manos de la directora Sandra Massera, esta vez acompañada de Fabricio Galbarini. 
Ambos también estarán en escena, junto a Roberto Allidi, María Laura Almirón y Mariella Chiossoni.
La obra queda en cartel los días sábados a las 21 horas y los domingos a las 20 horas. Las reservas se pueden hacer por el tel. 099 8123 59. Además, el día del estreno (sábado 7) tendrá lugar la presentación del libro "Basura y otros textos para teatro", que reúne parte de la producción dramática de Rehermann.

martes, 15 de octubre de 2013

Vecina, dramaturga, directora de Teatro del Umbral, integra el CCCMM desde 2012.

Sandra Massera ganó el Onetti 2013 en
dramaturgia con la obra "Hotel blanco"


La intendenta de Montevideo Ana Olivera con los ganadores de la tercera edición del concurso literario Juan Carlos Onetti. Se trata de Rafael Mandressi ("Siempre Paris", narrativa), Sandra Massera ("Hotel Blanco", dramaturgia) y René Fuentes ("Caballo que ladra", poesía).Salón azul de la Intendencia de Montevideo, viernes 11 de octubre de 2013.

La vecina, dramaturga, directora de Teatro del Umbral e integrante de la comisión ejecutiva del Centro cultural Carlos Martínez Moreno | CCCMM, ganó el premio departamental de literatura Juan Carlos Onetti en la categoría dramaturgia.
Por segundo año consecutivo, Teatro del Umbral puso en escena una obra que se puede ver en la Antigua subestación de los trolebuses de la Plaza de los Olímpicos los sábados y domingos a las 20.00 horas. Se trata de "Blackjack. El último juego de Florencio Sánchez", un texto escrito por Carlos Rehermann que dirige Sandra Massera.
Compartimos con ustedes la alegría por el premio que obtuvo Sandra por su texto "Hotel Blanco" y celebramos el poder contar con  sus aportes y compromiso en la promoción de cultura, identidad y ciudadanía en la plaza de los Olímpicos, tarea en la que nos acompaña desde 2012.
En la categoría de narrativa el ganador fue Rafael Mandressi por su novela Siempre París y en poesía fue René Fuentes por Caballo que ladra. Las obras son inéditas.
El viernes 11 de octubre de 2013, en el marco de la Feria Internacional del Libro, la intendenta Ana Olivera presidió la entrega de premios en la sala Aquiles Lanza (salón azul) del edificio sede de la Intendencia de Montevideo.
Sandra y Carlos se integraron al trabajo en la comisión ejecutiva del CCCMM en 2012. Sumarlos a la gestión cultural que hacemos en la Antigua subestación de los trolebuses de la plaza de los Olímpicos desde 2009 fue una de las “acciones y procesos culturales de calidad” que nos comprometimos a realizar como Misión del CCCMM (http://www.cccmartinezmoreno.blogspot.com/2009/09/objetivos.html).

Compartimos algunas fotos del momento y algunos links con más información.

https://www.facebook.com/media/set/?set=a.712489245429457.1073741830.262299873781732&type=3
http://www.montevideo.gub.uy/noticias/im-entrega-premios-del-concurso-literario-onetti
http://www.bibliotecah.org.uy/teatro/inicio.htm 
http://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/onetti/

lunes, 9 de septiembre de 2013

Es la 15ª temporada de Teatro del Umbral, compañía dirigida por los vecinos Sandra Massera y Carlos Rehermann

Por segundo año consecutivo, la Antigua subestación de los trolebuses se suma
al circuito teatral de Montevideo como una sala de teatro no convencional


Con "Blackjack", comenzó la segunda 

temporada de teatro en la plaza de los Olímpicos




Por Julio Scavino | CCCMM
Fotos: Lali González Lamé | CCCMM

Con el estreno de “Blackjack, la última jugada de Florencio Sánchez" de Carlos Rehermann, el sábado 7 de setiembre de 2013, a las 21.00, en la Antigua subestación de los trolebuses (AST), se dió  un paso más en la apuesta por convertir ese espacio público en una sala de teatro no convencional y sumar por unos meses a la plaza de los Olímpicos al circuito teatral de la ciudad.
Por segunda vez, la compañía Teatro del Umbral estrenó una obra en la plaza de los Olímpicos. El grupo que dirigen los vecinos Rehermann y Sandra Massera, funciona desde hace quince años y la calidad de la dramaturgia que escriben y ponen en escena ha sido distinguida con tres premios Florencio.
En 2012, se puso en escena “Mundo perfecto”, escrita y dirigida por Sandra Massera.
La obra fue vista por más de setecientas personas en veinticuatro funciones. La mayoría delos espectadores no eran de la zona, no conocían la AST y se acercaron hasta la plaza de los Olímpicos a disfrutar de una propuesta cultural de calidad y pagaron por verla.
Contar con una sala teatral no convencional en la plaza de los Olímpicos y con el trabajo de una compañía de teatro profesional a cargo de vecinos reconocidos por la calidad de su trabajo es una acción que busca posicionar a la plaza de los Olímpicos como un espacio público de Montevideo en el que se trabaja en la promoción de cultura, identidad y ciudadanía.
El local de la plaza de los Olímpicos y el CCCMM y sus acciones son productos genuinos de la política de descentralización participativa que se desarrolla en Montevideo desde 1993 y que amplía y complementa la sólida democracia uruguaya.
Datos de un estudio sobre cultura ciudadana que difundió el Ministerio del Interior en 2012, mostró que en el área metropolitana 8% de los ciudadanos participa activamente en asociaciones culturales y recreativas y 1% lo hace en los organismos de la descentralización participativa (centro comunal, ex junta local, concejo vecinal).
Al mismo tiempo, cuando casi la mitad de la población se expresa desconforme con la gestión dela IM, las actividades y políticas culturales de la ciudad obtienen los mejores niveles de aprobación entre las tareas que ejecuta el gobierno de la ciudad.
El trabajo de promoción cultural convoca más gente que otras formas de participación y parece generar una predisposición positiva de parte de la ciudadanía.
Esta situación favorece la búsqueda de nuevas formas de hacer política, oportunidad que el CCCMM aprovecha para colaborar en la legitimación la descentralización participativa, ensayar nuevas formas de relacionamiento entre el Estado (la IM) y la sociedad y consolidar redes con actores e instituciones públicas y privadas que tengan fines e intereses convergentes.
Por las puertas de la oferta cultural, ese público que conforman vecinos de la zona y de toda la ciudad, podrá conocer y acercarse a otras actividades e iniciativas que más allá de lo cultural se desarrollan en la Antigua subestación de los trolebuses (AST) y que facilita y promueve el Centro cultural Carlos Martínez Moreno | CCCMM.


Lo simbólico, lo real

Esta línea de trabajo del Centro cultural Carlos Martínez Moreno| CCCMM se fue gestando a partir de una mezcla de capacidades simbólicas y reales y de necesidades e intuiciones sostenidas desde 2009.
La integración de Teatro del Umbral y sus conductores al CCCMM y al espacio de la AST, en 2012, fue una de las“acciones y procesos culturales de calidad” a las que se comprometió el CCCMM en su “Misión” (http://www.cccmartinezmoreno.blogspot.com/2009/09/objetivos.html).
Se trata de una iniciativa que va en consonancia con los planes del Municipio E en materia de promoción cultural, coincide con los intereses de vecinos que valoran las propuestas artísticas de calidad y que solo si son de calidad elegirán verlas en el barrio. Vistos los esfuerzos que desarrolla el gobierno de la ciudad para el estímulo y promoción del teatro, abrir una sala no convencional de teatro va en esa misma dirección.  
El director general del Departamento de Cultura de la Intendencia de Montevideo (IM) y hombre de teatro Héctor Guido, conoce la iniciativa desde mediados de 2012.

En 2007 se propuso al barrio reciclar el local que estaba inutilizado desde 1993 con fondos del Presupuesto Participativo. Los promotores de la iniciativa -la comparsa Figari y un grupo de tercera edad- le fijaron la prioridad de la promoción cultural. “Acá un centro cultural”, se leía en una de las paredes dela antigua subestación.
La iniciativa se aprobó y la ciudad y los vecinos del zonal 7 ganaron un espacio privilegiado enuna de las plazas más bellas de Montevideo.
El local, una antigua usina de transformación de energía para los trolebuses, fue reciclado según un proyecto de la arquitecta del centro comunal zonal 7 Mónica Suárez, y lo inauguró el ex intendente de Montevideo, Ricardo Ehrlich el 29 de agosto de 2009.
El proyecto cuidó la memoria del local dejando restos de las instalaciones que funcionaron allí y que se reforzó con imágenes de trolebuses y otros sistemas que garantizaron la movilidad en la ciudad y con la insistencia en denominarlo “Antigua subestación de los trolebuses”.
Como infraestructura cultural, el local puede funcionar como sala de espectáculos, exposiciones y presentaciones de libro y mesas redondas. En estos momentos, la experiencia muestra que, para potenciar sus capacidades, será necesario invertir en acondicionamiento térmico, acústico, mejorar el acceso al local y, hacer una buena intervención de mantenimiento.

Sin objeción

En 2009, se puso en marcha el Centro cultural Carlos Martínez Moreno | CCCMM  que desde entonces trabaja para cumplir con los objetivos fijados por los vecinos y lo hace en el marco de la política de descentralización participativa de Montevideo.
Tratando de aportar a la construcción de identidad de la zona, se le dio al proyecto de lCentro cultural el nombre de Carlos Martínez Moreno (CMM), vecino notable, referente de la generación del ’45 y uno de los creadores de la crítica teatral moderna en Uruguay.
“Si tuviera que señalar al mayor crítico de teatro entre los ‘grandes’ que exploraron el oficio entre 1935 y 1965, señalaría sin vacilación a Carlos Martínez Moreno”, escribió Antonio “Taco” Larreta en el prólogo de la obra ensayística de CMM que publicó el Senado de la República en 1994. Esos trabajos ocupan ocho tomos y tres de ellos recogen la crítica teatral que CMM ejerció en El País, Marcha, La Jornada de México y otros medios.
En octubre de 2010 el día del Patrimonio estuvo dedicado al teatro y buscando difundir la vida y obra de CMM, se decidió organizar una mesa redonda junto con la Asociación de Críticos Teatrales del Uruguay(ACTU).
“El rol de la crítica, rememorando al crítico Carlos Martínez Moreno”, fue el tema de la mesa redonda que integraron María Rosa Carbajal, Gabriela Gómez, Yamandú Marichal, Jorge Pignataro Calero, Débora Quiring y Georgina Torello, todos miembros de ACTU, organización que cada año entrega los premios Florencio.
Interesado por el tema, el vecino Carlos Rehermann participó de la actividad que se desarrolló el 24 de octubre de 2010 en la antigua subestación de los trolebuses.



Unos meses después, Rehermann y Massera se contactaron con los responsables del CCCMM y propusieron estrenar “Futuro perfecto” en la Antigua Subestación de los trolebuses.
Se respondió positivamente y el 26 de julio de 2012, se informó que Teatro del Umbral realizara sus temporadas en la AST en una reunión que se realizó en el local y en la que participaron Guido, la alcaldesa del Municipio E, Susana Camarán, la gestora cultural del Municipio E Inés Lasida, Rosa del Puerto(taller de danzas circulares), Sebastián Paolillo (comparsa Swahili), LydeGonzález (Comisión de la Mujer del zonal 7), Sandra Massera y Carlos Rehermann (Teatro del Umbral),  Juan Carlos Pereyra, Cristina Acevedo y JulioS cavino (Centro cultural Carlos Martínez Moreno | CCCMM).
Estuvieron presentes en la reunión delegados de todas las experiencias que funcionan en la Antigua subestación de los trolebuses, responsables políticos a nivel local y departamental y nadie objetó la iniciativa.
Entre agosto y noviembre de 2012, Teatro del umbral puso en escena “Futuro perfecto” de Sandra Massera.
Durante ese período de tiempo la plaza de los Olímpicos y el CCCMM, estuvieron en las agendas de espectáculos de los medios de comunicación, se realizaron notas en algunos medios, se acercaron y conocieron el local espectadores de toda la ciudad que apoyaron un producto cultural de calidad.
El sábado 7 de setiembre de 2013, se dio un nuevo paso en procura de sostener un proceso que asegure legitimidad a esta expresión de la descentralización participativa, buscando fijar un nivel cada vez más exigente de la oferta cultural local e ir ganando cada vez más respeto entre la ciudadanía que aun conoce poco la política de descentralización participativa de Montevideo y sus posibilidades.

jueves, 5 de septiembre de 2013

El sábado 7 de setiembre de 2013

Un sábado de fiesta en el zonal 7 y el Municipio E


Buenas propuestas para el sábado 7 de setiembre de 2013.Entre Propios y Michigan, coros en la capilla Santa Elena, teatro en el Centro cultural Carlos Martínez Moreno | CCCMM y flamenco fusión en la sala La experimental. 
En la carpa de la Intendencia de Montevideo, en Hipólito Yrigoyen y rambla Euskal Erría, se podrá ver carnaval de las promesas, danza italiana, rock y reggae.

CARPA DE LA INTENDENCIA 

En Hipólito Yrigoyen y Euskal Erría
16:30: Revista Adrenalina (Carnaval de las Promesas)
Danza Italiana
En Escencia (rock)
Tembleque (rock)
20.00 h: Reggae con Inquilinos del Reggae y Gatopardo


IV FESTIVAL INTERNACIONAL DE COROS de ACORDELUR
En la capilla Santa Elena, Rivera 4212 entre Espinoza y Solano López, a partir de las 20.15
Entrada gratis.

Coro de niños LARALILARÁ de Canelones. Dirige Juan Asuaga
VOCES DE LA PLAZA. Dirige Francisco Simaldoni
MENINAS CANTORAS (Nova Petropolis, Brasil). Dirige Cristiane Ferronato
Coro POLIFÓNICO SANTA ELENA. Dirige Francisco Simaldoni

http://www.acordelur.org.uy/eventos.php

BLACKJACK, TEATRO EN LA PLAZA DE LOS OLíMPICOS
En el Centro cultural Carlos Martínez Moreno | CCCMM, Verdi y Colombes.
A las 21.00, Teatro del Umbral estrena "Blackjak. El último juego de Florencio Sánchez". Entradas $ 200 y se reservan por los teléfonos 099812359 y 099299455.
https://www.facebook.com/events/638194009558259/
http://www.teatrodelumbral.com/

FlmnkoZz (FLAMENCO FUSION) EN LA EXPERIMENTAL
En formato de sexteto y baile.
En el Centro Cultural La Experimental de Malvin, Decroly esq. Michigan. Entrada $ 200. Anticipadas: 093845532
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=517119331710379&set=a.517119308377048.1073741829.100002369510467&type=1&theater

miércoles, 1 de mayo de 2013

"Los días que vivimos", ensayos de CMM publicados en 1973

"La escalda del poder contra el fuero sindical", ensayo escrito durante "el año de la guerra"


En 1972, CMM advirtió de los avances
del "régimen" sobre las libertades sindicales

En un Uruguay no muy lejano, los dirigentes sindicales peleaban por convenios colectivos que aseguraran los puestos de trabajo y el mantenimiento de las familias de trabajadores que fueran presos por razones sindicales. En ese mismo Uruguay, una cláusula de un convenio colectivo podía adquirir estatus de amenaza a la seguridad del Estado. 
Pasó en 1972 con la cláusula de un convenio firmado entre la Federación Uruguaya de la Salud (FUS) y la Asociación Uruguaya de Mutualistas (AUM). 
El gobierno de la época consideró que con la inclusión de esa cláusula en el convenio colectivo acordado por ambas partes, el sindicato de trabajadores de la salud privada había "desbordado la actividad sindical para interferir en la seguridad del Estado, estableciendo en un convenio colectivo que pretende solucionar un conflicto gremial, una cláusula que favorece la subversión".
En aquel año grave de la historia del país, Carlos Martínez Moreno escribió en el semanario Marcha una serie de artículos en los que analizó "el proceso de los documentos emitidos por el régimen, en problemas creados fundamentalmente (pero no solo) por la lucha contra la sedición", según explicó.
Una selección de esas notas dio forma al libro "Los días que vivimos. Dieciséis ensayos inmediatos", que se publicó en 1973. 
Bien diferente al Uruguay de 2013 en que desde el estrado del Día de los Trabajadores, los dirigentes de la central sindical única, el PIT-CNT, se expresan en libertad y se organizan para garantizar los derechos de los trabajadores, en aquel Uruguay de hace cuarenta años, Carlos Martínez Moreno ponía su mirada en el ejercicio de las libertades sindicales y alertaba del avance autoritario sobre los derechos de los trabajadores en el ensayo "titulado La escalada del poder contra el fuero sindical".
A continuación se transcribe el artículo que se publicó en Marcha, el 7 de diciembre de 1972.


La escalda del poder contra el fuero sindical


Después de la Ley de Seguridad, tras la inminente Ley de Enseñanza, el poder político se apresta a plantear la reglamentación sindical; empiezan a darse indicios ciertos de que esa nueva operación no está lejana.
En realidad, el esfuerzo por encauzar la actividad de los sindicatos tiene ya su historia en el país: el 9 de mayo de 1947, siendo presidente don Tomás Berreta y ministro de Industrias el doctor [Alberto] Zubiría, se publicó un primer proyecto reglamentarísta, que era obra del doctor Francisco De Ferrari, subsecretario de Industrias y profesor de derecho laboral en nuestra Universidad. Hay razones para pensar que el profesor De Ferrari retiró luego el apoyo a su propia obra; y el proyecto acabó encarpetándose, pero la idea de injerirse en la vida sindical, condicionando el derecho de huelga a plebiscitos previos y propiciando otros temperamentos de parecida "democratización" electoral de los gremios, no se encarpetó.
El artículo 57 de la Constitución de la República dice que "la ley promoverá la organización de sindicatos gremiales, acordándoles personería jurídica. Promoverá, asimismo, la creación de tribunales de conciliación y arbitraje". Y termina con la famosa formulación declarativa acerca del derecho de huelga: "Declarase que la huelga es un derecho gremial. Sobre esta base se reglamentará su ejercicio y efectividad".
Hacia fines del dramático año de 1968, se promulgó la ley Nº 13.720, de creación de la [Comisión de Productividad, Precios e Ingresos] COPRIN. Allí, entre otras disposiciones, se consagró la de que "ninguna medida de huelga o lock out será considerada lícita y el problema que la origina y la decisión de recurrir a tales medidas no han sido planteados con no menos de siete días de anticipación a la Comisión" (Artículo 3º, inc. f).
Y el artículo 5º (tras otro destinado a determinar cuáles servicios públicos son esenciales e ininterrumpibles), dispuso que "en los casos del artículo anterior, así como en los previstos en los dos últimos apartados del artículo 3º, la Comisión podrá disponer por sí -antes o después de la aplicación de las medidas a que ellos ser refieran y bajo el régimen de votación secretea, la que deberá tener lugar dentro del plazo que determine- que las organizaciones gremiales efectúen una consulta a los trabajadores o empleadores afectados por las medidas con objeto de verificar si ratifican o rechazan el empleo de las mismas o, eventualmente, las fórmulas de conciliación propuestas. En tales casos la Comisión podrá, por sí o a pedido de cualesquiera de las organizaciones gremiales interesadas, solicitar la intervención de la Corte Electoral en la votación respectiva".
En el proyecto Zubiría - De Ferrari, de 1947, los extremos de que el sindicato se ajustara a los términos de la ley y las huelgas se plebiscitaran, daban a la huelga la protección afirmativa de los poderes públicos, pero el hecho de que se prescindiera de estos requisitos, no arrojaba sin más al campo de la ilicitud. Con la ley de COPRIN (y en esa Comisión los obreros están en neta minoría) la observancia de las fórmulas significa la obtención de ese precio: la licitud de la huelga, el reconocimiento de un derecho que la Constitución consagra.
La escalada del poder político contra el poder sindical, no siempre asume esta condición frontal y clara de disposiciones legales, así como no todas las disposiciones legales, una vez promulgadas se ponen en práctica. Ya hemos dicho alguna otra vez que si todos los preceptos prohibitivos y represivos que el aparato estatal prohija e incorpora al ordenamiento jurídico se aplicaran juntos, viviríamos en un estatuto de casi insufrible autoritarismo. Cierto estilo ladino de la sabiduría criolla consiste en tener siempre las trampas prontas pero no siempre igualmente encebadas, Llegado el caso, los montajes represivos se resucitan: el caso de la exhumación de la ley de asociaciones ilícitas, en diciembre de 1967, fue muy ilustrativo al respecto, La ley de expulsión de extranjeros resucitó un tiempo después: los pequeños o grandes cadalsos existen y se les desenmohece cuando la autoridad los precisa. Ahí están, pueden funcionar: su poder intimidatorio está hecho de esa alternativa de herrumbre y vigencia.
Pero no siempre son las leyes, o a veces son disposiciones casi incidentales ne leyes con otro objetivo proclamado: en la de enseñanza, por ejemplo, es conducta ilícita, y expone a la cárcel, la agremiación de docentes sin personería jurídica; y como la personería la concede el Poder Ejecutivo, al cabo de trámites que se cumplen en el Ministerio de Educación y Cultura, los gremios tienen en ese campo el fantasma acechante de su ilicitud.
Y otras veces, la escalada tiene la forma de más simples conductas. Dos dirigentes de [el sindicato de] FUNSA (León Duarte, Washington Pérez) estuvieron varios meses presos en cuarteles, a disposición de la justicia militar, pero en definitiva no se les procesó. [El de] FUNSA es un sindicato combativo, como lo es [la Federación Uruguaya de la Salud] FUS. El poder político puede invocar en su escalada, las razones relativas a la seguridad del Estado. Y en función de ellas, hay dispositivos de índole penal, uno de los cuales funciona dentro de los cuadros mismos del Poder Ejecutivo.
La Federación Uruguaya de la Salud (FUS) dio a COPRIN el preaviso a que se refiere el artículo 3º, inciso f) de la ley Nº 13.720. la huelga, pues, se encauzaba dentro de la licitud, de acuerdo con los criterios legales en vigor. Eso no obstó, naturalmente, para que diarios y radios del régimen se hicieran eco de cualquier denuncia sobre omisión de asistencia, con el inocultable propósito de arrojar a los huelguistas hacia la zona de la represión criminal. Ninguno de esos casos se probó.
Entre tanto, la huelga, una de las más entonadas de los últimos tiempos, seguía su curso. Y, naturalmente producía sus documentos.
  • Documento de asamblea
Uno de ellos -hoy cuestionado por el Poder Ejecutivo, que en su hora parece no haberlo tomado en cuenta- fue la declaración de la asamblea general de la FUS, el 27 de julio último [1972]. Esa declaración, comunicada a los organismos patronales, entre otras cosas, decía lo siguiente:
"1º) En tanto no se pruebe lo contrario, consideramos a todo trabajador detenido un preso sindical.
2º) Como trabajadores, solamente reconocemos a la justicia ordinaria (fuero común) como única habilitada constitucionalmente para entender en los casos referentes a civiles; por tanto, no reconocemos ningún tipo de imputación a ningún compañero preso, dictaminado por tribunales militares, por considerar estas actuaciones como absolutamente inconstitucionales.
3º) Por tanto, reivindicamos el cobro íntegro de los haberes de todos los compañeros presos sin proceso, por parte de sus familiares directos y hasta tanto el compañero recobre su libertad.
4º) En caso de la justicia ordinaria (única que reconocemos) tipificará transgresión legal alguna por parte de algún compañero preso y decretara su procesamiento, esta federación, reivindica se declare el cargo de este trabajador en conflicto; vale decir, que no podrá ser ocupado por ningún trabajador en forma titular y sí en carácter de suplente, por lo que el día que el compañero preso recobre su libertad, tendrá segura su fuente de trabajo.
5º) Esta federación reivindica también el derecho de cualquier familiar directo a ocupar el cargo del compañero procesado, en caso de que la situación económica de su familia así lo requiera".
Esta fundamentación -que hoy se ha convertido en la piedra del escándalo- tenía un valor polémico e instrumental: el destinado a obtener ciertas cláusula sen un convenio colectivo que pondría fin a la huelga. No era un documento dirigido al público sino a la contraparte; no incitaba a desobedecer las leyes (artículo 149 del Código Penal, delito contra la paz pública) ni configuraba una desobediencia abierta al mandato de los funcionarios (desacato, artículo 173 del Código Penal, delito contra la Administración Pública). A menos que se creen figuras de delito de opinión, no es posible sancionar una mera declaración de principios, esgrimida con fines de obvia dialéctica, a modo de lo que ocurre siempre en las plataformas de reivindicaciones sindicales (tres veces se conjuga el verbo clave "reivindicar" en los cinco numerales transcritos).
Por último, esa opinión, -en cuanto tal- coincide con la última tesos conocida de la Suprema Corte de Justicia (sentencia Nº 13 de 1971, del 15/III/71) y con la casi unanimidad de la doctrina nacional en la materia.
Cuando este enunciado declarativo, con destino a los directorios de los centros asistenciales, hubo de formularse en un proyecto de convenio, [la] FUS le dio esta redacción: "En cuanto a los funcionarios detenidos, si los hubiere, se les conservará el cargo y se les pagará la totalidad del sueldo hasta la sentencia. Cuando ésta sea condenatoria, cada institución entrará en acuerdo con un representante del funcionario para buscar los medios que ayuden al sostén del hogar del trabajador".
  • Dos anotaciones
Dos anotaciones: primera, que ya no se hace el distingo acera de jurisdicciones admitidas y jurisdicciones rechazadas; segunda, que se invoca, en el caso de funcionarios condenados, el fundamento del sostén del hogar del trabajador, el amparo de su núcleo familiar. Y la tesis de que la familia es el pilar fundamental de la sociedad, es de invariable recibo en los discursos oficiales.
A este planteamiento la AUM (Asociación Uruguaya de Mutualistas, o sea la patronal de la salud), responde con este texto: "Funcionarios detenidos: Se les conservará el cargo y se les pagará la totalidad del sueldo hasta la sentencia. Cuando esta sea condenatoria, cada institución entrará en acuerdo con un representante del funcionario, para buscar los medios que ayuden al sostén del hogar del procesado". O sea, en casi los mismos términos, la fórmula de los trabajadores.
Y en el convenio colectivo, el punto, que se distingue con la letra D, queda redactado del siguiente modo: "El pago íntegro de los haberes de todos los compañeros presos sin proceso, a sus familiares directos, hasta tanto el compañero recobre su libertad; por lo tanto, el día que ese compañero recobre su libertad, se le asegura por el presente convenio su fuente de trabajo. Se conviene, además, el derecho de cualquier familiar directo a ocupar el cargo del trabajador procesado. Si dicho familiar no tuviere los conocimientos técnicos necesarios para ocupar dicho cargo, desarrollará cualquier otra actividad, con la remuneración correspondiente al cargo ocupado por el trabajador preso".
Se habla de fuente de trabajo y se postula una fórmula de subrogación familiar a igualdad de salario, que dice a las claras que el propósito perseguido es el de procurar la estabilidad del grupo familiar (y no ya del sujeto) afectado por el cumplimiento de una condena.
  • La mano que aprieta
Como en los más truculentos folletines, aquí aparece -detrás del cortinado- la mano que aprieta: cuando todo parece resolverse entre las partes y se entrevé ya la reanudación del trabajo (tras tanta alharaca sobre presuntas omisiones de asistencia) irrumpe ese duendecillo oficialista interesado en complicar lo que va a arreglarse, quién sabe con qué último designio: es el mismo duende que, a propósito de los servicios culturales y del presupuesto de educación, quiere quitarle el manejo del reactor atómico a la Universidad, el miso que -a pretexto de la seguridad del Estado- quiere llevarse preso a los periodistas, etcétera.
Y aparece la resolución del Poder Ejecutivo, de 29 de noviembre [de 1972]. Se transcribe la declaración de la asamblea general de [la] FUS, se considera que con ella "[la] FUS ha desbordado la actividad sindical para interferir en la seguridad del Estado, estableciendo en un convenio colectivo que pretende solucionar un conflicto gremial, en una cláusula que favorece la subversión". Se considera que el párrafo D del convenio es nulo de pleno derecho, por contrario al orden público, y que la conducta de [la] FUS puede estar comprendida en aquellos preceptos de la Ley de Seguridad del Estado que tipifican la asistencia a la asociación subversiva y la sancionan con 2 a 8 años de penitenciaría o prevén la asistencia a los asociados y la sancionan con 18 meses de prisión a 4 años de penitenciaría. Consecuentemente, el Poder Ejecutivo declara "nula y sin ningún valor la cláusula D", pasa los antecedentes a la jefatura de policía para que realice la indagatoria pertinente y da conocimiento de los hechos a la justicia militar competente, a los efectos a que hubiere lugar.
Dos días después [la] FUS difunde un remitido dirigido a los trabajadores de la salud y a la opinión pública: allí reitera el obvio fundamento humanitario perseguido, señala que el pago de sueldos a los detenidos, hasta que se dilucide el proceso, es una práctica que tiene antecedentes en la misma Administración Pública y afirma que en su juicio sobre la inconstitucionalidad de aplicar la jurisdicción militar a los civiles se hala en compañía de la más calificad doctrina, al par que subraya que nuestro ordenamiento positivo no consagre el delito de opinión.
Pudo haber dicho más. Por ejemplo:
-Que el Poder Ejecutivo junta una declaración hecha por una asamblea gremial en el mes de julio y un convenio suscrito en el mes de noviembre, sin advertir -aparentemente- que aquello que el gobierno entiende punible en la declaración, no se refleja en modo alguno en el convenio.
-Que si el convenio significa asistencia a la asociación subversiva o a sus integrantes, no hay que indagar solo a [la] FUS sino también a [la] AUM; el Poder Ejecutivo, con su sensibilidad patronalista, apunta a un solo posible responsable penal allí donde, de haberlos, tendrían que ser dos. Y donde en realidad no hay ninguno.
  • Siembra de discordia
Los especialistas en derecho laboral, entienden que la medida del Poder Ejecutivo, al anular el párrafo D del convenio colectivo, carece de sustento jurídico. La homologación de los convenios colectivos sólo tiene relevancia par imponerlos a otros que sus firmantes. Y en cuanto a la nulidad, si la cláusula es contraria al orden público, su descaecimiento se produce ipso jure y no por vía de la anulación a cargo del gobierno. El Poder Ejecutivo podría, a lo más, resistirse a inscribir el convenio, si tal inscripción se solicitara al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Pero no anular oficiosamente aquello que rige sin su anuencia o refrendo, entre las partes que lo han suscrito, Tal anulación tendrá, claro está, sus alcances de hecho, porque dará pretexto a la parte patronal para impugnar lo acordado.
La siembra de esta discordia surtirá sus efectos: el conflicto seguirá y las omisiones de asistencia, en las que tanto se dice creer, habrán contado -en la hora de la verdad- mucho menos que los escrúpulos de custodiar la famosa seguridad del Estado.
Pero aquí correspondería enjuiciar la sinceridad con que el Poder Ejecutivo se comporta, en su escándalo por la clausula D.
En efecto: como lo ha aclarado la respuesta de [la] FUS, en la administración central y en la descentralizada corren los sueldos de los funcionarios presos, en tanto no han sido procesados y los medios sueldos de los funcionarios procesados, en tanto no han sido condenados y, a raíz de tal condena, destituidos (extremo que no sigue fatalmente a la mera existencia de una condena, porque muchas veces se produce la denegatoria de las venias senaturiales de destitución).
Y hay más: lo que al Poder Ejecutivo le escandaliza, es lo que el propio Poder Ejecutivo hace. Porque existe una institución oficial, bien que pauperizada, que se llama Patronato Nacional de Encarcelados y Liberados y funciona en la órbita de la Dirección General de Institutos Penales; el cual patronato tiene a texto expreso, "cometidos de protección del preso y de la sociedad", precisamente "para contribuir a la disminución de la criminalidad y de la reincidencia". Y el decreto, en pleno vigor, de 7 de marzo de 1934, asigna al patronato funciones tales como procurar trabajo a los egresados de las cárceles, prestar ayuda moral a encausados y penados y a sus respectivas familias y aun, llegado el caso, "otorgar socorros a las familias de los condenados y procesados".
De modo que el propio Estado hace aquello mismo que en un convenio colectivo condena hasta el grado del escándalo, de la denuncia y del postulado proceso en todas las jurisdicciones posibles.
Porque corren íntegramente los sueldos a los funcionarios presos y no procesados, lo cual tiene un fundamento clarísimo: la culpabilidad no se presume y la inocencia sí. Y cuando el funcionario está procesado, corre el medio sueldo, que se paga a sus familiares. El procesamiento se efectúa sobre la base de una semiplena prueba y deja aun, a favor del procesado, el beneficio de una duda. Esa duda se refleja en el estatuto de una remuneración mitigada Y cuando sobreviene la condena, el fundamento del sostén del grupo familiar se objetiva en la jubilación que el Estado en muchos casos concede, aun cuando haya destituido, y en la ayuda que el patronato presta para que el egresado de la cárcel encuentre trabajo.
¿El patronato es una institución asociada a la delincuencia? Hasta el descubrimiento genial de esta resolución, nunca se había pensado tal cosa. Pero la seguridad del Estado tiene razones que la razón desconoce...
  • Apuntando a una sola parte
La nueva escalada contra el poder sindical, reviste inicialmente la forma de estos considerandos; en ellos se apunta a una sola de las partes del convenio y se deja entrever la promesa de la cárcel, acaso por largos años. ¿Cárcel para quiénes? No para los dirigentes patronales, olvidados con elíptica simpatía. Tampoco para todos los concurrentes a una asamblea gremial, y esto ya no por simpatía, sino por imposibilidad de identificación, a pesar de la indagatoria policial puesta en marcha. La presa factible son los dirigentes gremiales, y hacia ellos se dirige la denuncia criminal en las dos jurisdicciones.
-En la mañana del martes [5 de diciembre de 1972], presidente y secretario de [la] FUS debieron prestar declaración ante el juez letrado de instrucción de 3er. turno, con motivo de una denuncia del servicio de inteligencia del ejército, cursada a través de la fiscalía del crimen de tercer turno. Aquí la imputación es la de desacato, y aparentemente versa sobre la declaración efectuada por la asamblea del gremio de la salud, el día 27 de julio [de 1972]. No se consumó ninguna resistencia abierta a un mandato de la autoridad, pero la denuncia apuntaría a señalar que eso precisamente fue lo que ocurrió.
-En los próximos días, intervendrá también el juzgado militar de instrucción de 5º turno: aquí la imputación versaría sobre la cláusula D y consistiría en tener a los firmantes obreros del convenio (sólo a ellos) por incursos en delitos que actualmente sanciona el artículo 60 del Código Penal Militar, tras el injerto que se le hizo por la ley Nº 14.068: asistencia a la asociación subversiva o asistencia a los integrantes de la asociación subversiva. Las penas, como es característica de la Ley de Seguridad del Estado, tiene en el más grave de esos casos mínimo de penitenciaría y en los dos casos máximo de penitenciaría (hasta 8 años). Los legisladores que batallaron para terminar con la sedición, ¿imaginaron que aquello que con tanto denuedo sostenían podría un día caer sobre las espaldas de simples dirigentes sindical? ¿Lo previeron y al consentirlo lo quisieron?
Porque esos dirigentes, según el Poder Ejecutivo, han desbordado la actividad sindical; tal y como el gobierno la entiende, por supuesto. Tal y como está dando pautas de que la entenderá en su proyecto, quizá no muy lejano de ley sindical. Los dirigentes de [la] FUS son los primeros cobayos de la experiencia. ¿Seguirán otros?...
La última incógnita, como tantas otras veces, es la de qué se está buscando con esto: sí implantar el orden o instaurar el caos, si obtener la paz o suscitar la guerra. El tiempo, que suele no ser indulgente con aquellos que en su hora se tuvieron por todopoderosos, dará seguramente las respuestas.

7/XII/1972.

jueves, 25 de abril de 2013

Agradecemos que tomen en cuenta esta información y la difundan


Alerta del CCCMM a los vecinos y negocios de la zona




Ante informaciones que dan cuenta de que hay personas pidiendo dinero para financiar actividades del Centro cultural Carlos Martínez Moreno (CCCMM) de la plaza de los Olímpicos se aclara que:

La Comisión Ejecutiva del CCCMM no ha discutido ni ha resuelto pedir dinero a particulares para financiar ninguna actividad ni reconoce a persona alguna que esté pidiendo dinero en su nombre.

Se emite este comunicado para alertar a los vecinos y amigos que siempre nos han estimulado trabajar por el bien del barrio. Se agradece que mantengan el apoyo prestado hasta el momento y difundan esta información.

Montevideo, 25 de abril de 2013.

miércoles, 24 de abril de 2013

Música en la plaza. sábado 27 de abril de 2013, hora 19.00

Toque olímpico, cuatro bandas y circo en la plaza



Las bandas Milongas extremas, O bebado, La mala lengua y Epicedio tocarán su música en la plaza de los Olímpicos el sábado 27 de abril de 2013, dede la hora 19.00.
En la vuelta andarán las acrobacias de un circo ambulante.
La actividad es gratis y al aire libre.

Toque Olímpico.
Actuarán: Milongas extremas, O bebado, La mala lengua, Epicedio
Sábado, 27 de abril de 2013. Hora 19.00.
Plaza de los Olímpicos.

Organiza: CCCMM

Ciclo de teatro con el apoyo del Programa de Fortalecimiento de las Artes de la IM y del Municipio E


Llega "La Terminal" a la plaza


Desde el Cerro llega hasta la plaza de los Olímpicos, la compañía Clown con alas a poner en esenca "La Terminal".
Parece que nada es real pero todo realmente sucede en esta puesta en escena en la que dos pasjaeros, sus petates y una azafata interactúan en el espacio de una terminal en la que se desarrolla una trama divertida y reflexiva.
Esta es la cuarta obra de teatro que se exhibe en la plaza de los Olímpicos con apoyo del programa de Fortalecimiento para las artes del Departameno de Cultura de la Intendenica de Montevideo y del Municipio E.

Apoya: CCCMM

Teatro: La terminal
Compañía "Clowns con alas".
Domingo, 28 de abril de 2013. hora 15.00.
Plaza de los Olimpicos.

miércoles, 17 de abril de 2013

Tango en la plaza de los Olímpicos para celebrar los 96 años del tango de los tangos

En la semana de La Cumparsita, comienza el ciclo de conferencias “Tango y cine” en la plaza de los Olímpicos

La Cumparsita, un tango de película



Conferencista: Ruben Borrazás
Jueves 25 de abril, hora 20.00.
Antigua subestación de los trolebuses de la plaza de los Olímpicos.

En el marco de la celebración de los 96 años de La Cumparsita, el jueves 25 de abril a la hora 20.00, comenzará un ciclo de conferencias sobre el tango en el cine.
"La Cumparsita, un tango de película" será la primera de las cuatro conferencias y estará a cargo de Ruben Borrazás. Vecino y plástico, Borrazás es un erudito del tango que esta vez se propone recorrer la presencia del tango de los tangos en el arte del cine.
El ciclo que apoya el CCCMM, estará a cargo de los amigos de la revista Tanguedia y la Asociación Cultural Piazzolla.

Los esperamos a todos en la antigua subestación de los trolebuses.

La boda | Tercera fecha del Ciclo de teatro en la Plaza de los Olímpicos

Con el apoyo del Programa de Fortalecimiento de las Artes del  Departamento del Cultura de la Intendencia de Montevideo y el Municipio E.

Boda en la plaza de los Olímpicos

El elenco de "La boda", Terribles producciones.

El sábado 20 de abril, a la hora 20.00 se pondrá en escena en la antigua subestación de los trolebuses, “La Boda”, de Bertolt Brecht, actividad con entrada gratuita.
La puesta en escena está a cargo de “Terribles producciones” y la dirige Alberto Zimberg .
Escrita por el entonces muy joven Bertolt Brecht en 1911, La boda de los pequeños burgueses (Die Kleinbürgerhochzeit) se estrenó el 11 de diciembre de 1926. La comedia se situa en el caótico ambiente de una boda y es una sátira que reflexiona y critica la institución del matrimonio.
Entre música en vivo, bailes y canciones cada uno de los 11 personajes deja caer su máscara para develar sus reales intereses.
Este obra es la tercera puesta en escena del Ciclo de teatro en la Plaza de los Olímpicos en el que se pudo ver  Del otro lado del espejo (15 de marzo) y Negociemos (5 de abril).
Este ciclo es posible gracias al apoyo del del Programa de Fortalecimiento de las Artes del Departamento del Cultura de la Intendencia de Montevideo y Municipio E.
¡Los esperamos a todos!

Apoya: CCCMM


Hay más información sobre la compañía, el director y la obra en:
http://www.alternativateatral.com/persona121451-alberto-zimberg
http://www.facebook.com/events/261588560645028/#!/TerriblesProducciones?fref=ts
http://es.wikipedia.org/wiki/La_boda_de_los_peque%C3%B1os_burgueses
http://article.wn.com/view/2012/11/19/La_Boda_de_Brecht_sale_a_recorrer_barrios_montevideanos_1/

http://www.elpais.com.uy/121119/pespec-676495/espectaculos/-la-boda-de-brecht-sale-a-recorrer-barrios-montevideanos/
http://www.brecha.com.uy/index.php/cultura/vueltas-de-montevideo/717-la-inspiracion-esta-despues
http://www.montevideo.gub.uy/noticias/teatro-con-entrada-libre-en-el-florencio
http://www.sitio2.culturactiva.net/2012/11/la-boda/

miércoles, 3 de abril de 2013

Ciclo de teatro con el apoyo del programa de Fortalecimiento a las Artes y el Municipio E


Viernes 5 de abril, desde la hora 20.00, Antigua subestación de los trolebuses

Teatro en la plaza de 
los Olímpicos: "Negociemos"




Con entrada gratuita, el 5 de abril de 2013, se pondrá en escena en la antigua subestación de los trolebuses, la obra "Negociemos", dirigida por Lucila Irazábal, sobre un texto de la argentina Alicia Muñoz.

Amalia y Miguel coinciden en una plaza, una tarde de sol. Él sacó a pasear a su perro y sus enfermedades. Ella en cambio lee su libro de auto ayuda mientras escucha música de meditación y absorbe el prana de los árboles. Entre ambos sólo hay una historia que no fue y otra que puede llegar a ser. Quizás negociando lleguen a un acuerdo.

Esta actividad es posible gracias al apoyo del del Programa de Fortalecimiento de las Artes del Departamento del Cultura de la Intendencia de Montevideo y Municipio E. 

En Facebook se pueden ver fotos de la puesta en escena que tomó y compartió con el CCCMM Walter Gabriel Boedo. http://www.facebook.com/media/set/?set=a.597277023617347.1073741825.262299873781732&type=1

domingo, 10 de marzo de 2013

"Carlos Martínez Moreno fue el creador de una saga narrativa que encierra o envuelve los veinte años más conflictivos de la historia del siglo XX uruguayo".

Carlos Martínez Moreno, testigo de cargo


Por Hugo Fontana

Raigal, muchas veces excesivo (con lo que ello descuenta del resultado de una obra), Carlos Martínez Moreno fue el creador de una saga narrativa que  encierra o envuelve los veinte años más conflictivos de la historia del siglo XX uruguayo.
Nacido en el departamento de Colonia en 1917, CMM se establece en su juventud en Montevideo, donde cursa estudios de Derecho y comienza a ejercer a poco de recibirse, agregando a su desempeño profesional una intensa actividad como editorialista y periodista cultural (la que no abordaremos en el presente trabajo), básicamente en el campo de la critica cinematográfica, literaria y sobre todo teatral.
A principios de la década del '40 da a conocer sus primeros cuentos.  En 1956 con la nouvelle Cordelia obtiene el primer premio en un concurso convocado por la revista Número, y en 1958, con Los aborígenes, el segundo premio en el concurso literario de Life en español, participando luego en una antología que llev6 como titulo Ceremonia secreta y otros cuentos de América Latina.
Pero es recién en 1960, a los 43 años de edad, que reúne por primera vez seis relatos y los publica en libro: Los días por vivir.
Seguramente, más de veinte años había pasado rumiando sobre sus textos, buscando una forma y un estilo que lo satisfacieran al punto de ponerlos a consideración de un público lector que venía, desde algún tiempo atrás, manifestando cambios de aguda significación.
En realidad, el país entero estaba cambiando.
Uruguay abre sus ojos al siglo XX inmerso en el proceso de consolidación institucional dirigido por José Batlle y Ordóñez. En sus dos presidencias (1903- 1907, 1911-1915) se apaga definitivamente el último movimiento insurreccional, epígono de las guerras civiles que, sistemáticas y cruentas, habían dibujado el perfil del siglo XIX uruguayo. Pero también se llevan adelante una serie de reformas -hoy podríamos otorgarles características social-demócratas tendientes a regular las relaciones laborales e institucionales que habrían de marcar el desarrollo del Estado moderno y de hasta una idiosincracia nacional, sólo interrumpida momentáneamente por el golpe de estado del doctor Gabriel Terra.
Sin embargo, pocas fueron las reformas que la clase política heredera del legado batllista se atrevió a cometer más allá de las implementadas por su líder histórico. El estado de bienestar, una vez agotadas las ventajas de un país productor de materias primas agropecuarias en un escenario mundial marcado por sucesivas guerras, pronto comenzó a develar falencias apoyadas en los defectos estructurales de un sistema de producci6n poco conmovido por las medidas de principio de siglo.
Podriamos decir entonces, apelando a un par de desvalorizados conceptos marxistas, que comenzaba a revelarse un severo desfasaje entre infra y superestructura: al concluir la primera mitad del siglo, el Uruguay pensaba (y vivía su cotidianeidad) como un país próspero, democrático,  bonachón, y su economía lo iba acercando a un país ruinoso, autoritario, depredador.
Y en 1958, después de casi cien años de permanencia en el gobierno del Partido Colorado, el Partido Nacional, comandado por un oscuro líder cuyos pocos, breves y pueriles pensamientos lo acercaban demasiado al fascismo mussoliniano, gana las elecciones.
Allí, claro que con la ubicuidad de todas las fijaciones temporales, daban comienzo las dos décadas que conmocionaron al país.

Hay que hacer una literatura uruguaya; hay que usar un lenguaje nuestro para decir cosas nuestras. ... La vida es tan rica en Nueva York como en la isla de Pascua cuando se tiene la sensibilidad que se necesita. ... Es necesario que nuestros literatos miren alrededor suyo y hablen de ellos y su experiencia. Que acepten la tarea de contarnos c6mo es el alma de su ciudad. Es indudable que si lo hacen con talento, muy pronto Montevideo y sus pobladores se parecerán de manera asombrosa a lo que ellos escriban.

Estas tres frases pertenecen a sendos artículos aparecidos en 1939 en el semanario Marcha firmados por Periquito el Aguador, seudónimo bajo el que se  escondía un escritor que, ese mismo año, daría a conocer su primer novela. Se trataba de Juan Carlos Onetti y su obra El pozo abriría con la lentitud con que todas las cosas suceden en nuestro país, un nuevo rumbo en la literatura nacional.
Marcada a fuego por la corriente llamada "criollista" o "nativista", cuya  producci6n se hallaba en franco agotamiento, nuestra literatura no parecí en ese entonces preparada para un sacudón de tal magnitud, que la obligara no sólo a revisar los lineamientos generales que le haban dado forma, sino también a los nombres de algunos popes que se movían en el escenario cultural con la parsimonia de un elefante.
Emir Rodríguez Monegal subraya para ese entonces  la sobrevida legitima de dos escritores, cuyas virtudes siguen siendo hoy de absoluta vigencia: Juan José Morosoli y Francisco Espínola.
Pero en ellos, la aproximaci6n a lo urbano llegaba sólo hasta el pueblo o el suburbio de la ciudad del interior: sus palabras aún no cruzaban hasta las luces del centro", las mismas que habían comenzado a deslumbrar, con indisimulada fascinaci6n, a los letristas de tango.
La ciudad, territorio aún inexplorado y ya centro de las transformaciones políticas (el gaucho, la montonera, las guerras civiles ocurridas en el medio rural entraban al reino de la nostalgia, de la imaginería tradicionalista), no tenía, a diferencia de otras literaturas, quien le escribiera. Y ese será uno de los puntos del debate de un nuevo grupo de creadores que años más tarde se conocería como la "generación del '45".
"Montevideo y sus pobladores", tal como lo señalaba Onetti, deberán esperar sin embargo veinte años para poder reconocerse en los héroes de una ficci6n que recién comenzará a tomar cuerpo en algunos textos de alrededor de 1960.
Es justamente en esa década, y luego del largo impasse ocupado por tres nuevas novelas del autor de El pozo (entre las que se cuenta La vida breve, el titulo mayor de nuestra narrativa), que comenzara a registrarse una avalancha abrumadora, en la que habrán de destacarse dos nombres que harán del mundo urbano y sus agonistas el centro de sus historias: Mario Benedetti y Carlos Martínez Moreno.

“El día de primavera había llovido; pero al atardecer escampó, si bien
duraba aún en la atmósfera una humedad densa y caliente. En las calles mojadas se reflejaban borrosamente las luces, achatadas y confusas, y ni el aire ni el reflejo estaban lavados. Por la avenida 18 de julio, la gente llenaba las aceras y desbordaba sobre la misma calzada, desde que los escrutinios habían empezado a indicar, sin duda alguna, la derrota del gobierno y el triunfo del Partido Nacional. Era el 30 de noviembre de 1958 y tambi6n en Montevideo ganaban los blancos. Aislados por la lluvia del día y por los malos caminos, algunos circuitos electorales demoraban aún sus informaciones, pero no había que esperar más para saber que el Partido Colorado había sido batido en todo el país”.

Este párrafo abre la primera novela de Martínez Moreno. El paredón, que resultara finalista del Concurso Biblioteca Breve de Seix Barral, es publicada por la editorial española en 1963 y provocó las más diversas reacciones en el ambiente cultural montevideano. Con ella, CMM daría comienzo a una saga que culminaría en 1981 con El color que el infierno me escondiera, en la que aborda justamente el fin de un proceso político que tendría como protagonistas la agudización de la crisis económica, el surgimiento de la guerrilla urbana y la posterior irrupci6n de los militares en la escena política.
Antes de El pared6n, CMM había publicado dos libros de cuentos: el ya  señalado Los días por vivir y Cordelia. Hasta entonces, sus relatos denunciaban en primera instancia una obsesiva prolijidad formal, una adjetivación abigarrada, barroca, y una suerte de compulsiva necesidad por la cita intelectual, "culturosa" (si en francés mejor), y en segundo termino una indisimulada tensión por  subvertir los breves limites del genero.
Rodríguez Monegal, en su Literatura uruguaya del medio siglo, anotaría con referencia a estos libros que "Más que la anécdota interesa a Martínez Moreno [...] la situaci6n existencial en que aparecen enclavadas sus creaturas.
Son las suyas, sobre todo, narraciones de personaje, exploraciones de almas, búsqueda del significado plural y contradictorio, siempre contrapuntístico de la existencia humana".
Estas consideraciones estaban también dedicadas a Los aborígenes, tercer volumen de cuentos que apareciera en 1964, pero en el que, y junto a El paredón, comenzaba a evidenciarse un proceso que el propio Rodríguez Monegal definía de esta manera: "A medida que Martínez Moreno ha ido madurando como narrador, el rigor estilístico ha empezado a parecer sólo un medio de comunicación mas que un fin en si mismo".
En El paredón, el contrapunto involucra, ya a la distancia, mas que a un espacio interior de su personaje, a dos realidades totalmente distintas: por un lado, a la lentitud con que algunos cambios comienzan a verificarse en la sociedad uruguaya (y a la monotonía y desaprensión con que estos son abordados por la intelectualidad montevideana) y, por otro, ala incontenible dinámica con que se viven los primeros pasos de la recién triunfante Revolución Cubana.
Julio Calodoro, el protagonista de la novela, es un periodista cuarentón que testifica, dialogando con su padre (batllista sanguíneo), el triunfo nacionalista, el alborozo de la gente en la calle y el mas que seguro engaño que esta habría de sufrir, inserta en un sistema que, por mas que en ese momento se atreva a una sustituci6n de fracciones, ha hecho de la inmovilidad su registro sine qua non.
Frente a ello y pocos meses después (enero/febrero del '59), Calodoro presenciar en Cuba los comienzos de un proceso mas que vertiginoso: el pueblo siguiendo paso a paso cada una de las decisiones de la Revoluci6n en el poder y, en particular, los primeros juicios llevados adelante contra los esbirros militares de Batista.
Varios, mas que los señalados, son los planos en los que la novela se desarrolla. Esa suerte de golpe de gracia sobre la identidad política de su padre hace que Calodoro revise su propia infancia y que mas tarde, sobre el final del  texto y a su regreso de Cuba, deba enfrentarse con la anunciada muerte de su progenitor.
En Montevideo, el protagonista tiene una amante con la que ha establecido un vinculo monótono y reasegurador; en Cuba, habrá de conocer a  una mujer con la que tendrá un breve, fogoso y "conmovedor" romance que le llevaría replantearse su actitud frente al amor y la pareja (esta relación, melodramática, poco verosímil, atribuible a las compulsivas veleidades de un "uruguayan lover", amenaza desbaratar los aciertos parciales del texto).
Buena parte de la propia generación del 45 frecuenta tertulias que Calodoro parece
padecer y disfrutar al mismo tiempo, mientras se suceden las opiniones casi ensayísticas de mas de un intelectual que, si bien Martínez Moreno rebautiza  y deforma, es factible identificar (Arturo Despouey, Denis Molina, Homero Alsina Thevenet, Hugo Alfaro, Mario Arregui ...), los que luego serán también comparados con un grupo de artistas cubanos, acaso más frívolos, más amorales pero, a deducir por las intenciones del autor, pertenecientes todos a una misma especie universal.
Seguramente, CMM no previó, por mayor que fuera su lucidez, lo profético que habría de resultar El paredón, tanto para la vida del país y de todo el continente como para su propia obra novelística. Porque de esos contrapuntos y enfrentamientos de una realidad y de un ser interno y, por que no, también social, habrían de surgir los sucesos de dos décadas de derrumbe y violencia, que el propio autor hará materia argumental, cada vez mas tensa, cada vez mas dramática, del grueso de sus futuros libros.
En 1966, CMM publica dos novelas. Una de ellas, de impecable factura, aborda el irresistible descenso del patriciado uruguayo (Con las primeras laces).
La otra, se detiene en la desolación de un individuo que un buen día se entera de la muerte de su amante y del marido de esta (La otra mitad).
La otra mitad es un ejercicio introspectivo, tan arrogante como engorroso, donde es difícil encontrar un sustantivo en soledad o acompañado de menos de dos o tres adjetivos, que relata en primera persona las vicisitudes de una relación adúltera con fin abrupto. El protagonista-narrador (también cuarentón,  ésta vez profesor de literatura) se enfrenta en el comienzo del libro y de buenas a primeras al asesinato de su amante a manos del marido y al inmediato suicidio de éste, en un suceso que parece haber necesitado del mutuo acuerdo de ambos y del desconocimiento de sus motivos por parte del narrador.
Pero sin duda CMM no fue un escritor feliz a la hora de las relaciones amorosas. Durante las 340 páginas de la novela, en las que se parafrasea el trágico fin de Delmira Agustini, el protagonista se aboca a investigar y revisar en su memoria la posible causa del incidente fatal sin llegar a ningún resultado.
La novela pudo haber sido un thriller, un texto de intenciones er6ticas (tuvo, no obstante, problemas con la censura española de su entonces y no pudo ser  publicada en Seix Barral) o una aguda denuncia de la moralina del Montevideo de los '60, pero no fue mas que un tedioso juego de pesadumbre intelectual, el que roza muchas veces lo llanamente cursi, tal como lo corroboraría la lectura de más de un párrafo como el siguiente: "De noche, vacuos y castos, verla volver del baño en camis6n, haberla escuchado enjuagarse la boca, sentir el roce de su pie en las chinelas. ¡Qué bueno!".
Con las primeras luces es, en cambio, uno de los testimonios más lujosamente  narrados acerca de la lenta agonía de una clase que había establecido su poderío  económico y social al término de la llamada Guerra Grande, a mediados del siglo
XIX.
Después de una fiesta en una de las viejas casa-quintas montevideanas pertenecientes a un patriciado en absoluta decadencia, un hombre borracho se acuesta a dormir en un banco. El dueño de casa, primo suyo, cierra el portón de la estancia y se retira a su habitación. Cuando aquel se despierta, en plena madrugada, intenta saltar la verja, se perfora una ingle, se arrastra hasta la puerta de la mansión y, sin poder llamar ni hacer movimiento alguno, agoniza hasta el amanecer.
Pero esa agonía, un largo sendero de rememoraciones, le llevara a revisar su infancia y adolescencia, un pasado familiar cargado de iconos y mitos mitad hist6ricos, mitad íntimos, y el moroso declive de una tradición aristocrática por el que también han caído definitivamente sus referencias personales y el resto de un estamento, suplantado rápidamente en los '60 por una clase vinculada a los grupos financieros y a los intereses multinacionales.
Aquí aparecen nuevamente los conflictos vinculados a los dos partidos tradicionales y acaso a dos formas de vida contrapuestas en un pasado cada vez más lejano ("colorados y ateos", mas proclives a la metropolización y a la influencia británica versus nacionalistas católicos, memoriosos de un pasado tocado por el gusto francés, por un orden mas despiadado e inherente a todas las cosas). Esa derrota clasista, que también se vive como metáfora de la soledad familiar en el relato de un epígono, es abordada magistralmente por CMM: su barroquismo verbal se ajusta como parte propia del escenario que describe; el espesor de sus personajes, su opacidad, su melancolía, coinciden hasta la exactitud con el derrumbe de que ellos son participes; y el tratamiento de los tiempos narrativos, con sus permanentes alternancias de pasado y presente, no deja espacio a fatuidad alguna.
La dispersión de su gente -escribe CMM de Eugenio, el agonizante- no se había producido en el espacio, sino en el tiempo: Tía Rosina muerta repentinamente mientras dormía [...]; Tía Herminia muerta poco después, al cabo de una decadencia graduada, de enfermedad cardíaca; Roberto solo en el caserón, resistiendo la idea de que alguien pudiera acompañarle; su propia madre (Tía Elisa, en el lenguaje de la quinta) viviendo vegetativamente…
Con Los prados de la conciencia (cuentos, 1968) y las novelas Coca (1970)  y Tierra en la boca (1974), la anécdota parece igualar definitivamente a la reflexión existencial, no en su detrimento ni en el de su riguroso abordaje estilístico que, en buena medida, había hecho perder tensi6n narrativa a sus títulos anteriores.
La aventura irrumpe en la escritura de CMM, hasta entonces obsedida por un extenso monologo interior que quizás había dado comienzo en los ya lejanos primeros cuentos de su juventud.
Coca narra la historia de unos improvisados -y, por momentos esperpénticos traficantes de cocaína en un circuito cuyos escenarios son La Paz, Buenos Aires y Montevideo. Un oficial del ejercito boliviano, herido y lisiado en un enfrentamiento en la revuelta minera de 1952 -la Revoluci6n Nacionalista liderada por Paz Estensoro, evocada ya en El pared6n- que cumple una misión diplomática en Buenos Aires, luego de un frustrado matrimonio con una mujer perteneciente a la aristocracia de su país; una francesa cuyo signo de identidad es la memoria de su adolescencia a finales de la Segunda Guerra Mundial y un belga ex-combatiente fascista, forman un triangulo en principio sentimental, que termina convirtiéndose en una suerte de vinculo delictivo que los llevará a intentar una operación de tráfico de drogas por el que terminar detenidos en Montevideo.
La novela, narrada desde diferentes puntos de vista  dirigidos a un abogado a cargo del caso, revela casi por primera vez una intensidad incidental sostenida a lo
largo de sus 200 páginas, y debajo de la cual se nos muestra un mundo marcado por la soledad y la corrupción: la diplomacia y algunas zonas de la política y los ejércitos del Cono Sur son puestos al desnudo.
Otro mundo, otras voces, otros ámbitos habrían de ocupar la siguiente novela de CMM, Tierra en la boca. En ella, dos rateros de baja categoría planean un simple robo a una carnicería, sin calcular ni estar preparados, para que el mismo termine en el asesinato de un viejo sereno que los descubre casualmente.
De allí en más, la novela narra el interminable periplo de sus fugas, acompañados
respectivamente por sus mujeres. Pero Tierra en la boca marca tambi6n en el estilo del autor la irrupci6n de las múltiples subversiones, gramaticales y sintácticas, que el llamado boom latinoamericano ha provocado para ese entonces en las letras del continente.
No es, sin embargo, afortunado el recorrido de CMM por este camino de digresiones:
su inteligencia, la casi erudición de ese yo auxiliar narrador que lo acompañó a
lo largo de toda su obra, se transparenta demasiado en un lenguaje que intenta
parafrasear las características del idioma del bajo, de los suburbios, del
cantegril.
Y es esa misma inteligencia la que también socava la verosimilitud del monólogo del lumpen, su miedo convertido en remordimiento, su remordimiento convertido en culpa, su culpa en un filosofar casi presuntuoso si lo comparamos con sus referencias personales.
No obstante, una de las intenciones de las novelas parece cumplirse cabalmente, tal como fue señalado por Mario Benedetti en su Literatura uruguaya siglo XX: “la objetividad de la obra sirve para enjuiciar indirectamente a este sistema, que  si bien no es todavía (en la novela) la aberrante dictadura, ya lleva en sí mismo su pretexto y su germen”.
Tierra en la boca testimonia un derrumbe, y en ese sentido adicional, extraliterario, también constituye un aporte invalorable a la interpretaci6n social de un período, particularmente critico, del Uruguay contemporáneo.
Pero esas múltiples realidades que toda su obra se encarg6 de evidenciar e  interpretar, esa sucesi6n de tribulaciones y rupturas que comenzaron a envolver al país en los '60, no lo podían haber encontrado como un testigo neutro, aséptico, falto de compromiso. Es así que, con la irrupción de la guerrilla tupamara, con la intensificaci6n de la violencia "oficial", con la instauraci6n de los tribunales militares y el posterior Golpe de Estado de 1973, se irán sumando sus defensas de presos politicos.
A comienzos de la dictadura asume, junto al Dr. José Korzeniak, la defensa del Gral. Líber Seregni, líder del Frente Amplio, pero permanentemente asediado por los militares en el poder, decide al fin abandonar el país.
En 1976 parte para España, primera etapa de su exilio, de donde se marchará tiempo después rumbo a México, país que lo cobijó hasta su muerte  y donde escribiría y dará a conocer su última novela. El color que el infierno me escondiera no es s6lo la mejor novela sobre los sucesos políticos ocurridos en Uruguay desde mediados de los '60 hasta fines de los '70 sino la mejor novela de toda la generaci6n del '45 y, claro este, de la producci6n de CMM.
Fracturada, estallante, implosiva y explosiva, tal como la propia realidad que aborda, la ruptura aparente de la unidad de acci6n define la forma de El color.... Sus veintid6s capítulos enfocan casos diferentes (CMM lleg6 a publicar dos de ellos como relatos unitarios los que figuran en Animal de palabras), pequeñas realidades de un mismo infierno (es un verso de Dante el que da nombre a la novela; son versos de Dante los que abren cada uno de ellos), instancias parciales de un período dramático, asolador, feroz. Es así que por sus páginas desfilan episodios claves de un tiempo vertiginoso y despiadado: Dan Mitrione instruyendo métodos de tortura a policías y militares uruguayos; Dan Mitrione secuestrado y ajusticiado por la guerrilla tupamara, los secuestros de Ulyses Pereira Reverbel y de Pellegrini Giampietro la tortura en los cuarteles; el asesinato del peón Pascasio Báez; la desaparici6n del maestro Julio Castro y aun otros casos de elocuente brutalidad.
La escritora Mercedes Rein ha señalado que la novela "recrea poéticamente el sentido y el sinsentido de ese infierno en la tierra con la objetividad de un hombre extremadamente inteligente y el fervor de un agonista que sublima, mediante la palabra, el horror de un mundo que parece estallar dentro de él pero que es dominado por la maestría de un gran escritor en la plenitud de sus posibilidades".
El texto tiene momentos de absoluta brillantez, como la suerte de monólogo de Dan Mitrione, reflexionando sobre su soledad una vez que comprende que está realizando su último viaje, o como el debate moral de un integrante de la guerrilla frente al asesinato de un peón de campo que descubre, sin querer, un aguantadero en una estancia. El libro no oficia en ningún momento a modo de alegato parcial frente a los sucesos, sino que resulta un testimonio apasionado pero nunca panfletario, equilibrio s6lo posible en la voluntad esencialmente lúcida de su creador.
El color que el infierno me escondiera ganó en 1981 el Concurso Internacional Proceso-Nueva Imagen sobre "El militarismo en America Latina", con un jurado integrado entre otros por Julio Cortazar, Gabriel García Márquez, Ariel Dorfman  y Carlos Quijano, y en el momento de su publicaci6n CMM fue blanco de diversas acusaciones (uso de datos obtenidos por su defensa directa de algunos casos, exposición a represalias a guerrilleros aun detenidos) y de una ya celebre cachetada que un exiliado tupamaro le propinó en México.
Pero todo eso, sin duda, ya ha pasado a formar parte del lado mezquino de la historia.
Después de todo -reflexionaba Carlos Martinez Moreno/Julio Calodoro, en El
paredón- la ciudad en que se vive es el único sitio en que uno se resignaría a enfermarse, a llamarse a un silencio definitivo, a ser olvidado de todos, a morir.
Y esa ciudad, entonces, era "Esta Montevideo, madre cruel" de los versos de Líber Falco evocados por el narrador, el mismo que escribiría, veinte años después, lo siguiente:
De un libro deberá uno despedirse como de una persona. Pero nunca lo  hacemos: tanto se ha viciado nuestra relaci6n de criatura con él.  Y el libro se convierte entonces en una cosecha de difuntos o vivientes, fuera de nuestro alcance; ni siquiera nos sentimos llamados a ser solidarios con él, a morir en las páginas donde su gente muere, a haber odiado o amado cuando ella lo haya hecho (El color ...).
"Este libro, madre cruel", parecería pues la previsible metáfora. En sus libros y en su ciudad habitó esa "cosecha de difuntos o vivientes", hombres y mujeres henchidos del grosor de lo perentorio y de lo esencial, de lo grávido y de lo eterno, de lo nostálgico y de lo profético. Y es que, después de haber leído y revisado toda su obra, y de estar  acercándome a los primeros días de 1986 y de saber nuevamente de la muerte de Martínez Moreno, se me ocurre que por primera vez se vislumbra con total nitidez la simultaneidad de la muerte de todos los héroes de su ficción, de la misma forma en que también murió, hace ya mucho tiempo, el país que todos ellos habitaron.
Y siento también que esa coincidencia se dimensiona hasta lo exacto en tanto, muy lejos de esta "ciudad en que se vive", la muerte del escritor contradijo la sentencia del personaje.